Rara vez me viene a la mente la palabra perfección, pero eso fue justo lo que me ocurrió este verano en la Tate Modern delante de este cuadro de Marguerite Kelsey pintado por Meredith Frampton en 1928. Y no puedo pensar en nada mejor que decir sobre el cuadro que el texto del panel de información que había a su lado:
"La precisión del estilo de Frampton pertenece al período de entreguerras. Siguiendo un método académico, sitúa a su modelo con gran cuidado, buscando la luz perfecta bajo la que retratarla y prestando casi la misma atención a la ejecución de la naturaleza muerta que a la representación de la modelo, cuya ropa es a la vez clásica y deliberadamente moderna. Y a pesar de su fidelidad ante la realidad frente a él, la inclusión por parte de Frampton de una flor de magnolia sugiere el rasgado de la aparente calma superficial por deseos ocultos."
"The precision of Frampton's style belongs to the inter-war period. Following an academic method, he posed his model with great care and required perfect light in which to paint. He gave almost as much care to the resolution of the still-life as to depicting the sitter, whose clothes are at once classical and deliberately modern. For all his realiance upon the reality before him, Frampton's inclusion of a magnolia flower suggests the ruffling of the calm surface by hidden desires."